Los insecticidas y plaguicidas empleados diezman considerablemente la población de Perdiz Roja, según datos científicos arrojados recientemente por el Proyecto de Identificación y Cuantificación de los Efectos de los Plaguicidas Agrícolas en la Perdiz Roja en España (Proyecto Semillas), acometido por la Fundación Fedenca a través de la RFEC y la Ofincina Nacional de Caza, y que se encarga de analizar el impacto del uso de productos fitosanitarios en la población de esta especie cumpliendo ya su primer año de trabajo en este ámbito. Según este informe, los efectos producidos son especialmente importantes en cuanto a la elevada mortandad de perdices así como en los efectos subletales producidos en aquellos ejemplares que sobreviven a los fitosanitarios y que se experimentan, básicamente, la perdida de masa corporal y la debilidad en la respuesta autoinmune a otras enfermedades que "a la larga, -según indica el propio informe- termina por manifestarse en una reducción del crecimiento y supervivencia de los pollos nacidos de ejemplares que habían consumido semillas tratadas con insecticidas agrícolas".
La agresividad de estos productos se materializa en el empleo de imidacloprid, un fitosanitario que produjo el 100% de mortalidad en los individuos elegidos en la muestra del estudio y expuestos a la dosis recomendada para el tratamiento de semillas tras la primera exposición. Precisamente, y como reconoce el análisis de Fedenca, cuando este insecticida se reduce hasta el 20% de la cantidad recomendada se produce mayor supervivencia de ejemplares aunque estos ven reducida su masa corporal, su capacidad autoinmune así como sufren problemas en el sistema endocrino. Estos mismos efectos producen otros plaguicidas de los 19 compuestos reconocidos por el MARM en el tratamiento de semillas de cereal.
Precisamente, además del efecto directo de los plaguicidas al ponerse en contacto con las aves, otro de los puntos fuertes del Proyecto Semillas es el estudio indirecto a través de la técnica conocida como "blindaje de semillas" y que supone el tratamiento del cereal con diferentes plaguicidas antes de su siembra para evitar el ataque e infección por hongos, parásitos o insectos del propio suelo. La alimentación basada en una dieta que incluye estas semillas aumenta el riesgo de mortalidad para las perdices al incluirse compuestos que, como ya apunta el informe, reducen las posibilidades de supervivencia de las perdices o, directamente, le producen la muerte.
Tras estos primeros datos, Fedenca y las federaciones de caza solicitarán al Ministerio de Medio Rural y Marino que controle el uso de todos estos productos fitosanitarios de especial agresividad para algunas aves silvestres emblemáticas en nuestro país como es el caso de la Perdiz Roja. En el seno de la FAC se han acogido con preocupación los datos de un estudio que evidencia el impacto de la agricultura sobre el medio ambiente y su cada vez mayor carencia de sostenibilidad afectando directamente al desarrollo de especies naturales de gran valor en la península.