En 1902 el mismo Browning crea la primera escopeta de ciclo semiautomático fiable. Su sistema de accionamiento era el que se conoce como de largo retroceso del cañón que puede parecer similar al de corredera, ya que el cargador y la pieza elevadora de cartuchos funcionan de igual forma, pero cuya similitud es sólo superficial. En el fondo hay grandes diferencias.
Se basa en que durante el avance de la munición por el cañón no hay retroceso. Pero cuando los plomos salen del cañón, la presión que queda en el fondo hace que el culote empuje todo el conjunto hacia atrás y tanto el cañón como el cierre retroceden.
Aproximadamente a los dos tercios del recorrido, la energía consumida es tanta, que el cañón se agota y se detiene; el cierre entre tanto, debido a su menor peso, continúa hasta el tope trasero donde se realiza la expulsión; el cañón, por su parte, ha vuelto a su posición inicial merced a la acción del muelle recuperador. Justamente esto determina que en algunos sitios se conozca a este método como el sistema de muelles o resortes.
Al volver hacia adelante, el cañón descubre el elevador con un nuevo cartucho que el cierre se encarga de arrastrar hacia el interior de la recámara. La percusión ya está montada y el arma lista para efectuar un nuevo disparo con sólo apretar el gatillo.
Remington en Estados Unidos y FN de Bélgica comenzaron a fabricarla dándose el rarísimo caso de que ambas casas compartieran su producción siendo la única escopeta disponible con disparo semiautomático.
Así pasó medio siglo, lo cual es mucho tiempo en la evolución de las armas, y nada parecía cambiar. Entonces nuevamente la casa Winchester anunció su modelo 50 que en realidad quedó puesto a punto en 1954 (52 años después que la inmediatamente anterior).
Esta escopeta buscaba rebajar la pegada en el hombro producida por el del cañón. Para ello separó la recámara del resto y sólo esta parte era la que retrocedía junto con el bloque de cierre. Pero surgió un problema con el que no se contaba: el plomo de los perdigones y la combustión de la pólvora ensuciaba mucho el exterior de la recámara, deteniendo el funcionamiento después de una determinada cantidad de disparos.
Pero, volviendo un momento al sistema de largo retroceso o de muelles, hay que decir que no ha quedado obsoleto y todavía hoy se fabrican armas con él (algunas de muy buena calidad, como la Browning modelo A5) aunque, en rigor, debido al costo de producción de estas armas y la calidad de materiales que requieren, no ha habido escopetas mediocres realizadas con este sistema.
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